Colectivas y Digitales: cinco historias de activistas en el espacio digital por los derechos de las mujeres y disidencias

Ante un nuevo aniversario del 8M, nos preguntamos, ¿qué sucede con la violencia digital en Latinoamérica? ¿Cuáles son las iniciativas que aseguran que las mujeres naveguen seguras y libres de violencia en Internet? Para ello, conversamos con cinco colectivas referentes en la temática en diferentes países de la región: Chidas en Línea (México), Geek Girls LatAm (Colombia), Ciberseguras (Brasil, Bolivia, Chile, Guatemala y México), R Ladies (Uruguay) y TEDIC (Paraguay), quienes nos cuentan sus proyectos, experiencias, y con quienes reflexionamos sobre temas fundamentales: la violencia en internet, el acompañamiento a mujeres y el empoderamiento a través de la tecnología.

 

La violencia en Internet en Latinoamérica

Lamentablemente, cada año Latinoamérica y el Caribe se convierte en una región más y más violenta, sobre todo para niñas y mujeres. A pesar de los enormes avances en el reconocimiento de nuestros derechos, la violencia no solo es un problema sin respuesta, sino que se presenta en nuevas formas y espacios, como podemos verlo ahora en el espacio digital. A propósito de un nuevo aniversario del 8M, es necesario continuar observando de cerca la violencia digital contra las mujeres, y más aún: qué se está haciendo para lograr que las mujeres naveguen seguras y libres de acoso, intromisiones y violaciones a sus derechos básicos. 

En este contexto, la participación de la sociedad civil en la región ha sido fundamental para asegurar el acompañamiento y garantizar que las mujeres adquieran herramientas tecnológicas, naveguen seguras por internet y puedan alcanzar la justicia y la reparación del daño causado por las violencias sufridas. Desde el CLD conversamos con cinco organizaciones referentes en la región: Chidas en Línea (México), Geek Girls LatAm (Colombia), Ciberseguras (con alcance en varios países de Latinoamérica), R Ladies (con alcance internacional a nivel global) y TEDIC (Paraguay). Algunas se definen como colectivas, otras como redes, pero todas tienen algo en común: lideran iniciativas autogestionadas con el objetivo de empoderar a las mujeres en la tecnología.

 

Una red de mujeres unidas para hacer del Internet algo seguro

Además de tener un objetivo en común, estas iniciativas se formaron a partir de otras organizaciones, y al día de hoy se mantienen en colaboración permanente. Candy Rodríguez, co-fundadora de Chidas en Línea, cuenta que el proyecto nació justo antes de la pandemia, desde la misma red de activismo de la cual ella y su colega ya eran parte: “Lo que nos unía a este proyecto es que identificamos que la violencia en línea contra las mujeres estaba abordándose desde una visión adultocentrista, entonces esa fue la primera línea que nos abordó, ¿no? Pensar qué está pasando con las niñas, con las adolescentes en México”.

Por su parte, las Ciberseguras, quienes respondieron a esta entrevista como colectivo, nos cuentan que su proyecto nació en México a partir de la organización SocialTIC, y se fue expandiendo a través de los años hasta lograr ser una red de mujeres y colectivas de 5 países que hoy brindan acompañamiento, asesoramiento e información sobre violencias en línea y una navegación segura en internet. Hoy, son mujeres “de diferentes galaxias, con distintos poderes, pero unidas para combatir las fuerzas ocultas que nos rodean y nos amenazan”. 

En Geek Girls LatAm, Colombia, las iniciativas pretenden formar caminos para que las niñas, jóvenes y mujeres de todas las edades se apropien de la tecnología y adquieran oportunidades de vida a través de la ciencia y la tecnología. Como menciona Diana Salazar, su co-fundadora, con los años el ecosistema se ha ido poblando, creando un círculo virtuoso: “Nadie entendía lo que estaba pasando, pero al final cuando empiezan a generarse nuevas organizaciones como que todo el mundo ve esta tendencia”.

Natalia Da Silva, fundadora de R Ladies Montevideo, nos cuenta que R Ladies es una comunidad comprometida con promover la diversidad de género a través de R, uno de los lenguajes de análisis estadístico más utilizados en el mundo de la ciencia de datos: “El objetivo es lograr que más mujeres desarrollen y creen código en R y estén más involucradas en la comunidad. Hay que aclarar que R-Ladies es más que solo mujeres, incentiva la participación de las minorías de género, yo hablo de mujeres porque es el grupo más grande”, señala Natalia. 

Finalmente, TEDIC, una organización paraguaya que trabaja temas de derechos digitales desde el año 2012, inició con el proyecto Cyborgfeminista a partir de la necesidad de poner en primer lugar el eje transversal de género en las tecnologías, teniendo en cuenta la enorme brecha de apropiación y dominación de internet que existe en Paraguay, a pesar de los altos índices de acceso a la conectividad.

 

¿Qué proyectos llevan adelante estas colectivas? 

En casos como el de Chidas en Línea, el proyecto surgió de una inquietud muy particular: la violencia que sufren niñas y jóvenes en internet frente a una visión adultocentrista de las leyes. La organización lanzó un cuestionario para comprender la experiencia de niñas y jóvenes en México en internet, conocer qué tipos de violencias sufren, cuánta conciencia tienen de ello y a quiénes acuden para resolverlo. La encuesta mostró, no sorpresivamente, que quienes sufren violencia pocas veces buscan ayuda, y si lo hacen no acuden a los ministerios públicos sino a sus círculos más íntimos de confianza. Así lo cuentan sus autoras: “Lo que nos encontramos es que muchas habían sido víctimas de acoso pero no sabían que en realidad eso era acoso. La mayoría nos dijo que no pidió apoyo, o sea, un porcentaje muy grande que fue como del 30% de plano dijo que no hablaron con nadie”. 

Encuesta sobre violencia en línea en México. Fuente: Instagram.com/ChidasEnLínea

Por su parte, las Geek Girls LatAm y las Ciberseguras se enfocan en brindar un acompañamiento que sirva, en algunos casos, como primera entrada de las niñas al mundo de la tecnología y una visión “desde su propio contexto” mientras que, en otros, se trata de brindar un espacio de seguridad, confianza y empatía en un proceso de búsqueda de justicia y reparación del daño tras sufrir ataques o violencias en línea. En palabras de una de las integrantes de Ciberseguras: “Nuestra resistencia tiene que ver con el gusto que sentimos de encontrar en nuestras compañeras el espacio seguro que necesitamos para estar en internet, y para hacer frente a los distintos desafíos que tienen que ver con la violencia de género”.

Para Diana Salazar de Geek Girls, es importante tener en cuenta todas las etapas de la vida de una niña y mujer, sus contextos inmediatos y superar viejos mitos arraigados que claramente no reflejan la realidad de Colombia y de la región. Así, Geek Girls cuenta con múltiples programas que implican la llegada al campo, el acompañamiento y la formación para niñas y jóvenes de zonas vulnerables, situaciones de conflicto e identidades diversas, programas sobre violencia en línea, orientación vocacional y empleabilidad, entre otros: “En este momento tenemos más de 5 programas dirigidos a diferentes públicos, y esos programas inician desde la apropiación social de la Ciencia y Tecnología. También llegamos a poblaciones afrodescendientes con el programa “Mujeres en la Nube”, en donde nosotras desarrollamos esta ruta de competencias para niñas en situación de vulnerabilidad”. 

Las Ciberseguras, desde sus especialidades y capacidades, contribuyen a brindar herramientas para que las mujeres y personas de la diversidad sexual y de género puedan navegar segures en internet, y puedan, en sus palabras, “atravesar sus procesos de sanación y búsqueda de justicia en entornos seguros y confiables”.  

En el caso de R – Ladies, Natalia señala que la comunidad brinda talleres, cursos y charlas orientadas a aprender y contar todo lo desarrollado a través de la plataforma R. Los encuentros tienen como objetivo crear entornos seguros y amigables para las mujeres y personas con diversas identidades que se unen, pues R Ladies funciona como un espacio abierto e inclusivo, en tanto las mujeres y personas no binarias continúan estando subrrepresentadas en este ámbito: “Existen muchos sub grupos de R-Ladies que se llaman “capítulos”. El primer capítulo se originó en 2012 en San Francisco con el objetivo de generar un espacio amigable para que más mujeres se integraran a la comunidad R, ya que en esta comunidad las mujeres están subrepresentadas como desarrolladoras de paquetes”.

 

Equipo de R Ladies Montevideo. Fuente: https://www.meetup.com/es/rladies-montevideo/

El proyecto Cyborgfeminista, que nace en Paraguay pero tiene alcance Latinoamericano, actúa en diversos frentes con otras organizaciones de la región para cerrar la brecha de apropiación y dominación de la tecnología que hoy sufren mujeres y diversidades. A partir de este proyecto, se llevan adelante talleres, cursos, mesas participativas, hackatones y actividades de incidencia política. En palabras de Fernanda Carlés, Coordinadora de Proyectos de TEDIC: “La idea de nuestro proyecto siempre fue empezar a generar espacios, empezar a generar contenido que hable acerca del género y su intersección con la tecnología, y la importancia del empoderamiento de personas que de repente no tienen esos espacios”.

Estas iniciativas nacieron hace no muchos años, y todas reflejan un importante trabajo autogestionado, en equipos diversos, y siempre en crecimiento sumando voluntades. En el caso de Geek Girls, Diana comenta como un gran punto positivo el crecimiento de otras organizaciones, pues todas se complementan y trabajan en conjunto desde sus lugares de experiencia: “Hay que seguir tejiendo redes, conectando, porque esto finalmente no es un tema de competencia entre organizaciones sino más bien es un tema de propósito y el propósito es compartido”. 

Las organizaciones han crecido sostenidamente en los últimos años; sin embargo, para poder lograr sus objetivos es clara la necesidad de una estructura acorde. En este sentido, las Ciberseguras nos señalan la importancia de aclarar que el proceso de contención a víctimas es un trabajo arduo, desgastante, y requiere de recursos que permitan alivianar la enorme carga que asumen las organizaciones: “Una queda muy desprotegida, entonces esto implica construir estrategias descentralizadas que puedan combatir estas diferencias, reconstruir nuestra vulnerabilidad, también poder entrar en estos espacios de confianza y reconocer que en este modelo nosotras tampoco somos las que tenemos que llevar todas las cargas”.  

 

Poner en palabras la experiencia: apropiación social de la tecnología y conceptos resignificados

Al trabajar con internet, muchas cosas parecen estar claras a priori. Sin embargo, ¿cuánto sabemos realmente? Al hablar sobre mujeres en la tecnología, y más aún, sobre violencias en línea, estamos lejos de tener todas las respuestas. Sin embargo, hay algo que queda claro en estas conversaciones: lo que no se nombra no existe. Es decir, atender una problemática tan compleja requiere ponerla en palabras y, sobre todo, homologar los términos que se utilizan para poder reparar el daño. Al respecto, Candy Rodríguez menciona la importancia de poner en agenda un tipo de agresión del cual hace unos años no conocíamos detalles como es la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento: “Sí, nos basamos en las 13 formas de agresión que existen contra las mujeres, porque también nos parece importante que haya una concordancia en los términos. Por ejemplo, ahorita la difusión de contenido íntimo sin consentimiento legalmente se erige como ‘violación a la intimidad sexual’”. 

Otro de los asuntos que aún parece estar pendiente tiene que ver con lo que implica la violencia en línea y cuánto se separa de la violencia que sufren las mujeres en los espacios físicos. Como señala Fernanda Carles, de TEDIC, a pesar de que cada vez es más claro que la violencia digital tiene consecuencias tan serias como la violencia física, aún así las legislaciones y políticas no las consideran, lo que dificulta su tratamiento y solución: “El tema de la violencia de género es un tema muy estudiado cuando hablamos de violencia física, pero cuando hablamos de violencia digital todavía es un tema muy delicado que no se reconoce muchas veces como una forma de violencia. Eso deja a las mujeres muy desprotegidas” (Fernanda Carles, TEDIC).

A su vez, este proceso de poner en palabras las violencias que sufren las víctimas es un proceso largo y de constantes aprendizajes tanto para quienes piden ayuda como para quienes acompañan. Y es que, como señalan las entrevistadas, ambas comparten un punto importante: todas son mujeres susceptibles de sufrir violencia: “No es para nada lo mismo una adolescente en la Capital estudiando en una escuela particular donde tiene acceso a clases de computación, a una mujer indígena que está en el sur del país con apenas internet. Sin embargo, ninguna de las dos está exenta de sufrir violencia de género en línea” (Diana Salazar, Geek Girls).

En este sentido, el trabajo de las activistas y de las colectivas se vuelve aún más importante: ayudar a las mujeres y a las víctimas a poner en palabras su experiencia, nombrar la violencia y crear espacios de resignificación, desmitificando poco a poco lo que creemos saber sobre la tecnología: “Es un poco también lo que promovemos desde Ciberseguras, a partir de este compartir, a partir de las alianzas, a partir de este aprender a nombrar las violencias, también estamos transformando estos entornos donde normalmente no encontramos justicia”, según relatan sus integrantes.

Finalmente, ¿qué significa desmitificar la Internet? Las activistas mencionan que es importante derribar mitos asociados a Internet que no siempre se corresponden con nuestra realidad y que dificultan las soluciones al problema. Uno de los mayores mitos los comenta Diana, quien señala que, a pesar de los rezagos importantes en conectividad que existen en Latinoamérica, aún se cree que las nuevas generaciones “nacieron con un computador bajo el brazo”. Por otro lado, las Ciberseguras mencionan que muchas de las políticas y regulaciones sobre internet son elaboradas en un norte global muy lejano a nuestras realidades, lo que impide tomar conciencia real de la experiencia en internet de lo que sucede en la región: “Encontramos un nuevo término y tal vez no sabemos qué significa, pero nos explicamos, nos acompañamos con esa misma empatía, con ese mismo cariño y ese mismo entendimiento de que estamos en América Latina. Estamos aprendiendo y se vale no saber cosas” (Ciberseguras)

Ilustración del proyecto Ciberseguras. Fuente: Ciberseguras.org

 

Acompañar desde la confianza y la empatía

¿Y qué sucede cuando las niñas, jóvenes y mujeres sufren violencia en internet? Las referentes nos recuerdan que las violencias en el ciberespacio no son hechos aislados, sino que son el producto de un esquema de poder estructural. Internet se construye sobre un sistema económico e institucional patriarcal y excluyente. En esa medida, es necesario enseñar y aprender desde experiencias que son únicas en cada caso, en entornos seguros, empáticos y que tengan esto claro: las víctimas de ataques no deben cargar con la culpa de la violencia que sufren. Como señalan las Ciberseguras: “Sigue habiendo gran prevalencia del machismo y de actitudes misóginas en torno a las tecnologías, y eso también hace que muchas personas, cuando están enfrentándose estos tipos de violencia, sientan ya no solo la vergüenza de estar recibiendo esta violencia, sino también esta culpa de no haber sabido utilizar mejor una tecnología”. Esto mismo sucede con las niñas y jóvenes, quienes, en palabras de Candy Rodríguez, “temen principalmente ser regañadas”, lo que las lleva a no buscar ayuda o no compartir con otras personas sus experiencias en la red. 

En este sentido, es sumamente importante escuchar a las víctimas. Como mencionan las Ciberseguras, un primer paso (crucial) a la hora de dar acompañamiento es escuchar, para poder generar empatía y lograr un espacio de confianza: “A veces cuando una persona está recibiendo este tipo de violencia, puedes decirle cómo, ‘ay no, sabes qué, cambia todas tus contraseñas por contraseñas seguras’, pero muchas veces lo primero que piden estas personas es que alguien la escuche, que alguien les diga ‘estoy aquí, estoy contigo’”.  

El entorno confiable creado por las mujeres que acompañan, entonces, es un enorme paso hacia la sanación. Sin embargo, no está libre de obstáculos. Como menciona Diana, el trabajo de las activistas muchas veces se ve desbordado por el gran nivel de demanda, para lo cual urge un acompañamiento y estructura que permita ampliar este alcance: “Cuando tú tienes niñas, e incluso escribiendo, cómo, yo que puedo hacer, y yo digo ‘Dios mío, necesito crearme programas que sean más autosostenibles’ porque las niñas ya me escriben, los colegios me escriben, mucha gente nos escribe y claro, como organización debemos que ir priorizando dónde tenemos recursos para operar” (Diana Salazar, Geek Girls). 

Diana Salazar, co-fundadora de Geek Girls Colombia

En resumen, las activistas se han esforzado por generar espacios de confianza y llegar cada día a más niñas y mujeres, lo que pone en discusión la responsabilidad de otros actores frente a la violencia en línea, ya sea que se trate de instituciones del Estado como también las mismas compañías y plataformas de internet. En México, señala Candy Rodríguez, uno de los principales obstáculos en la búsqueda de justicia, además de la desconfianza en las instituciones, es la falta de información: “las niñas dijeron que no denunciaron en parte porque no sabían cómo denunciar”

 

Presente y futuro: el impacto del acompañamiento a mujeres y su camino en la tecnología

Finalmente, las activistas nos brindan algunas reflexiones sobre el presente y futuro de las mujeres en internet, y también sobre la violencia en línea. Una de las primeras buenas noticias es la esperanza puesta en las nuevas generaciones, quienes no solo tienen una visión distinta de Internet, sino que cuentan con nuevas herramientas a través de las cuales adquieren múltiples y novedosas formas de defenderse en todos los los espacios: “Creo que las mujeres más jóvenes están adquiriendo herramientas para poder defenderse, no solo en el espacio digital sino también en el espacio físico. Se me quedó muy grabado el caso de una una chica que nos decía que no había sabido qué hacer, que no le dijo a nadie, pero que ahora estaba convencida de que si le pasaba a alguien iba a saber cómo ayudarle” (Candy Rodríguez, Chidas en Línea). Por su parte, desde Ciberseguras afirman que “Este trabajo con juventudes es también algo super esperanzador, porque estás apostando a que en el futuro esas personas van a estar mejor preparadas para abarcar la complejidad de estos contextos”. 

Al preguntarse sobre los impactos de sus proyectos, las activistas señalan que el hecho de dar seguridad y confianza a las niñas y mujeres tiene un efecto positivo que se multiplica, pues no solo ellas cambian sus condiciones, sino que también son capaces de mejorar las condiciones de las demás. En palabras de Diana Salazar: “Si nosotros a las niñas y a las mujeres más jóvenes les mostramos que existe la tecnología, y ellas empiezan a trabajar en tecnología desde muy jóvenes, ellas van a poder cerrar brechas económicas muy rápido. Si tú cierras brechas económicas rápido, va a cambiar rapidísimo, porque una niña, una mujer que empieza a tener dinero empieza a cambiar su historia”.

En el futuro, podemos esperar una relación cada vez más saludable, para lo cual el acompañamiento y la red de mujeres es algo imprescindible. Como señala Fernanda Carles: “Este 8M para mí es importante celebrar todo lo que se ha conseguido, y también recordar que esta lucha no ha terminado. Ahora tenemos un nuevo espacio a conquistar que es el espacio en línea, que presenta muchos desafíos y que es súper importante poder fomentar la participación de las mujeres en todos los aspectos de la tecnología, no solamente en el uso, sino también en el dominio”.

Campaña #8M de Cyborgfeminista, TEDIC Paraguay

 

Hacia un nuevo 8M: construyendo caminos para un internet más seguro 

Está claro que aún no conocemos todo sobre Internet ni sobre el sinfín de agresiones que pueden darse allí. El desdoblamiento entre nuestro entorno privado y público que se produce en el ciberespacio nos deja múltiples reflexiones y experiencias, sobre todo si formamos parte, como en caso de las mujeres, de la parte de la población que ha sido históricamente vulnerada y continúa siendo el eslabón más débil en un sistema que nos oprime y nos violenta. Sin embargo, entre tantos puntos oscuros y banderas rojas, en la región existen acciones y colectivas que llevan eso que se necesita cuando se sufre cualquier tipo de vulneración: un entorno lleno de confianza y empatía, de mujeres hacia otras mujeres e identidades, todas compartiendo sus recursos, habilidades y conocimientos, pero también aprendiendo y trabajando juntas para modificar los patrones de poder y exclusión que aún predominan en la región. 

En un nuevo aniversario del 8M, en donde sobran las reflexiones sobre los riesgos a los que nos exponemos día a día, es posible señalar los rostros y nombres de las mujeres que hoy cultivan el cambio desde su trabajo diario, autogestionado y con mucho esfuerzo, para hacer de Internet un lugar seguro y confiable, y para que todo aquello que nos dañó tarde o temprano pueda sanar, para nosotras y para todo nuestro entorno. En palabras de las Ciberseguras: “Cuando una mujer comienza a sanar, todo su entorno comienza a sanar, y esa es la visión del futuro”.

 


 

¿Dónde contactarse con estas colectivas?

Si te interesaron los proyectos de las organizaciones de esta nota y quieren saber más, aquí pueden encontrarlas:

  • Chidas en Línea

Página web: https://chidasenlinea.org/ 

Instagram: https://www.instagram.com/chidasenlinea/ 

  • Geek Girls:

Página web: https://geekgirlslatam.org/

Twitter: https://twitter.com/geekgirlslatam 

  • Ciberseguras:

Página web: https://ciberseguras.org/

Twitter: https://twitter.com/ciberseguras

  • R Ladies Montevideo: 

Meet Up: https://www.meetup.com/es/rladies-montevideo/ 

Twitter: https://twitter.com/rladiesmvd 

  • TEDIC: 

Página web: https://cyborgfeminista.tedic.org/ 

Twitter: https://twitter.com/tedicpy 

Agradecemos la participación de Candy Rodríguez, Diana Salazar, las integrantes de Ciberseguras, Natalia Da Silva y Fernanda Carlés, por su valiosa contribución. 


 

 

 

Crédito de imagen: Geek Girls Latam