La espera forzada desde el espacio digital: CBP One y la movilidad migratoria

Durante varios años, diversos autores han estudiado la espera en el proceso migratorio. México se ha configurado como un espacio de pausa obligatoria y de encuentro para cientos de personas migrantes que buscan acceder a una cita a través de la aplicación CBP One. Esta aplicación fue habilitada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en enero de 2023 para que aquellos que deseen solicitar asilo en Estados Unidos lo hagan por este medio. Posteriormente, la Ciudad de México, la Ciudad de Guadalajara y los estados de la frontera norte de México se consolidaron como espacios de espera forzada en el tránsito migratorio para aquellos que solicitan una cita a través de CBP One.

El uso de una aplicación para acceder al derecho internacional de asilo es una estrategia sin precedentes. Aunque el portal ofrece una variedad de servicios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza CBP desde el año 2020, el uso para solicitar Asilo en los  Estados Unidos comenzó en 2023. Este proceso implica una serie de pasos para completar cada una de las secciones necesarias para solicitar una cita.

CBP One y la movilidad migratoria

La aplicación del CBP One se convirtió en una herramienta a través de la cual se busca gestionar la entrada de migrantes de diversas nacionalidades a los Estados Unidos, lo que convierte México en un espacio de cronopolítica[1]: un territorio que busca dominar el tiempo en la gestión de la población en movilidad. Esta es una cuestión de control que no solo ordena los espacios por donde transitan los migrantes, sino también los tiempos, la cadencia y celeridad de la movilidad y la forma en la que pueden acceder a la protección internacional. Lo que ha provocado una externalización de la frontera desde el espacio digital. Los estudiosos críticos de la migración definen como “externalización el desplazamiento del control de las fronteras y de sus tecnologías más allá de los bordes territoriales de los espacios políticos formalmente unificados bajo ese término”[2].

La externalización de la frontera de Estados Unidos ha evolucionado hacia un espacio digital, empleando herramientas como CBP One y bases de datos digitales que registran a los solicitantes de asilo, incluso a través del escaneo facial. Este enfoque apunta a una gestión más tecnológica y centralizada de la migración en los puertos de entrada terrestres del sur de la frontera estadounidense [3].

 Estamos frente a una reconfiguración de las formas de espera y de los procesos migratorios del norte global del continente americano en palabras de Sandro Mezzadra y Brett Neilson: “Este despliegue de tecnologías de demora temporal y de filtro se ha vuelto fundamental para el funcionamiento espacial de muchas de las fronteras más combatidas del mundo” (2018, p. 165).

Este cambio hacia el uso de tecnologías como herramienta de demora temporal y filtrado se alinea con una tendencia más amplia de cierre de fronteras y control migratorio en todo el mundo. Conforme las fronteras se vuelven más porosas y transitables físicamente, el uso de tecnologías digitales para gestionar y regular las movilidades se vuelve crucial. Dicha situación redefine las formas y los espacios de espera y los procesos migratorios; además, nos hace plantearnos preguntas acerca de la ética, la equidad y el derecho al acceso de asilo y la protección internacional.

La aplicación del CBP One implica un control más estricto y tecnificado sobre su movilidad, la externalización del control fronterizo por medio de tecnologías digitales, como el escaneo facial, control biométrico y la datificación, centraliza la gestión de la vida de las personas migrantes y aumenta significativamente la vulnerabilidad de las personas migrantes al exponerlos a procedimientos más complejos y a la posibilidad de ser rechazados sin una evaluación adecuada de su caso.

La espera forzada desde el espacio digital

La espera forzada, gestionada desde el ámbito digital desde mayo de 2023, conlleva características específicas de uso, horarios y requisitos definidos para solicitar una cita, así como una duración de espera indefinida. La plataforma opera todos los días de 11 a. m. CST a 11 p. m. CST/ (10 a. m. MST – 10 p. m. MST). Los usuarios completan un extenso formulario con datos necesarios para la solicitud de cita, un detallado cuestionario, escaneo facial, información del pasaporte o documento de identidad, detalles sobre el destino en Estados Unidos y la selección del puerto de entrada fronterizo deseado.

Por otra parte, es relevante subrayar que los solicitantes deben estar en el centro o norte de México (en la Ciudad de México y Guadalajara) al momento de hacer la solicitud. Según la Oficina del CBP, se ha incrementado el número de citas disponibles en la aplicación CBP One a 1 450 por día.

El uso de la aplicación para solicitar asilo revela importantes obstáculos para las personas migrantes. Entre estos, se destaca que muchos solicitantes pierden sus celulares en la ruta o son víctimas de robos en territorio mexicano. Incluso aquellos que cuentan con un dispositivo móvil enfrentan desafíos como la falta de espacio en la memoria para descargar la aplicación, la necesidad de mantener una conexión de internet estable durante la cita y la carencia de una cámara adecuada para el escaneo facial. Estos problemas pueden llevar a la pérdida de la oportunidad de acceder al asilo en Estados Unidos.

Después de obtener la cita, las personas tienen un plazo de 23 horas para confirmar mediante una verificación de geolocalización para garantizar que se encuentran en las áreas del centro o norte de México. Después de esto, deben dirigirse al puerto de entrada donde se les otorgó la cita en el día y la hora especificados. Aquellos que obtienen la cita pueden viajar en avión desde su ubicación actual hasta el lugar de presentación, sin importar si cuentan o no con documentos de viaje.

 Consideraciones finales

En síntesis, el uso de la aplicación CBP One ha modificado la dinámica migratoria transformando la espera forzada, convirtiendo la aplicación en el centro de la movilidad hacia los Estados Unidos en un proceso digital y regulado. Este cambio no solo afecta el acceso al asilo, sino que reconfigura los tiempos y los espacios de espera en el proceso migratorio hacia el norte. A medida que la frontera se externaliza hacia el espacio digital surgen interrogantes éticas y de equidad en relación con el control migratorio. La espera forzada desde el espacio digital plantea desafíos para las y los migrantes, por ejemplo, la desigualdad en el acceso a la tecnología y la falta de habilidades digitales dificultan el uso de la aplicación para muchos, especialmente aquellos de áreas con conectividad limitada. Además, problemas técnicos y fallos en la aplicación pueden retrasar o impedir la solicitud de citas. La vulnerabilidad a riesgos de seguridad digital pone a los migrantes en una posición precaria, expuestos a potenciales abusos y fraudes en el espacio digital que, aunque regulado, no siempre garantiza la equidad y la seguridad para todas y todos. No obstante, también representa una transformación significativa en la gestión de las fronteras y las movilidades en la era digital que debe ser central para las y los estudiosos de la migración.

Referencias

Martorell Campos, F. (2012). Notas sobre dominación y temporalidad en el contexto postmoderno a propósito de la distopía. Astrolabio. Revista internacional de filosofía, 13, pp. 274-286.

 

Mezzadra, S. y Neilson, B La frontera como método o la multiplicación del trabajo, p. 102. Madrid: Traficantes de sueños. 2018.

[1] Cronopolítica entendida como el sentido de “dominar a los hombres pasa, entre otros menesteres, por dominar el tiempo, sea cual sea la noción que se tenga de este” (Martorell Campos, 2012, p. 274).

[2] Sandro Mezzadra y Brett Neilson. La frontera como método o la multiplicación del trabajo, p. 102. Madrid: Traficantes de sueños, 2018.

[3] Los puertos de entrada que participan en el programa CBP One son Brownsville, Eagle Pass, Hidalgo, Laredo y El Paso (Paso del Norte); Nogales, en Arizona; además de Calexico y San Ysidro (Peatonal Oeste: El Chaparral), en California.