En este 17 de mayo, donde se conmemora el día Internacional Contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, consideramos importante reflexionar sobre estas formas de violencia han permeado los espacios virtuales, así como la importancia de reconocerla como un tipo más de violencia de género digital (VGD) (1) y de atender a las consecuencias que tiene en las vidas y cuerpos de quienes las atraviesan. Esto último haciendo hincapié en la necesidad de reconocer que la violencia digital no ocurre de manera aislada, sino que sucede en un continuo con respecto a las agresiones que la población LGBTIQ+ ya vive fuera de línea.
Desde la organización lesbofeminista ecuatoriana Taller de Comunicación Mujer (TCM) (2), trabajamos en incidencia política y comunicacional por la defensa de los derechos de las mujeres y la población LGBTIQ+ desde hace más de 30 años. En 2017, con el afán de visibilizar, acompañar, mitigar la VGD y promover los derechos digitales de las mujeres, niñas y personas LGBTIQ+, creamos el programa Navegando Libres por la Red. Entendemos que una internet feminista es fundamental para garantizar el acceso a la información, a las oportunidades que ofrece la esfera digital y al derecho a una vida libre de violencia.
Para poder comprender el fenómeno de la VGD, en 2020 realizamos el primer diagnóstico sobre violencia de género digital del Ecuador (3) y, a finales del mismo año, llevamos a cabo una investigación sobre el impacto de la VGD contra mujeres y población LGBTIQ+ refugiada y migrante (4). A través del levantamiento, sistematización y análisis de información relevante en torno al fenómeno de la VGD en Ecuador, así como de los casos acompañados por Navegando Libres, pudimos constatar que las violencias digitales más recurrentes en contra de la población LGBTIQ+ son el acoso digital, los ataques a la libertad de expresión y los discursos de odio, así como las expresiones discriminatorias, la extorsión y difamación de carácter sexual. En la mayoría de los casos tiene que ver con su identidad y expresión de género, es decir, se relacionan con el hecho de que las personas LGBTIQ+ vivan su identidad de género libremente y de manera visible en una sociedad heteronormada.
Quisiéramos ilustrar estos hallazgos con los testimonios de casos acompañados por el proyecto Navegando Libres por la Red (5, que dan cuenta de cómo se viven estas violencias:
“Me agreden diciéndome malas palabras, ofensas de ‘marico’ […] palabras muy ofensivas que no me gustaría decirlas. Muchas groserías, malas palabras, ofensas sobre el género mío. Por burla [han compartido imágenes mías sin mi consentimiento]. Me imagino que [las fotos] las agarran del mismo Facebook y comienzan a publicarlas diciéndole cosas, colocándole cosas a las fotos para agredir a uno.”
Daniela – mujer trans migrante, 23 años
De esta manera, los agresores pretenden ejercer control sobre sus cuerpos a través de la violencia sexual con la intención de dominar, amedrentar y exponer su orientación sexual de manera no consentida.
“El que era mi pareja me hackeó las cuentas [y revisaba mis mensajes] pero, y gracias a dios, me aleje de él porque era muy tóxico. Tengo testigos y también cicatrices.”
Laura – mujer trans refugiada, 22 años
El testimonio de Laura da cuenta de cómo los diferentes tipos de violencia, en este caso física, psicológica y digital, pueden darse de manera simultánea y dentro de un continuo.
“Hay personas que por esa red [Grindr] no tienen foto de perfil o son ficticias. Cuando le piden una foto, y uno no quiere, empiezan a acosarle a uno sexualmente, le empiezan a decir que quieren tener sexo porque ya lo tienen a uno ubicado. Empiezan a decirle que lo van a buscar.”
Julián – hombre cis gay migrante, 32 años
De la misma manera, el testimonio de Julián habla de cómo los agresores aprovechan el anonimato que brindan las redes sociales para agredir a quienes no siguen la heteronorma.
Como resultado de nuestro trabajo de documentación y análisis de los casos acompañados por Navegando Libres, podemos dar cuenta del impacto que la VGD tiene en el cuerpo y en las vidas de quienes pasan por estas situaciones. Es fundamental que las personas LGBTIQ+ reconozcan la internet como una herramienta propia que tiene el potencial de convertirse en un espacio de gozo, investigación, creación y lucha.
Es importante tener la posibilidad de generar reflexiones sobre herramientas seguras y derechos digitales para ir superando estas barreras y garantizar el acceso a internet, como una herramienta equitativa y democrática. Abogamos por una tecnología que sea pensada desde las necesidades específicas de las mujeres, las personas LGBTIQ+ y otros grupos históricamente discriminados. La internet debe ser un espacio seguro y habitable para todxs.
Notas al pie:
(1) Navegando Libres define la VGD como toda forma de discriminación, acoso, explotación, abuso y agresión que se produce a través del uso de redes sociales, correo electrónico, celulares y cualquier medio dentro de las tecnologías de la información y comunicación (TICS), que conlleva diferentes afectaciones a nivel físico, psicológico, sexual y económico.
(2) www.tcmujer.org
(3) https://www.navegandolibres.org/images/navegando/Diagnostico_navegando_libres_f.pdf
(4) https://www.navegandolibres.org/images/navegando/medios/otros/Moverse_seguras_final_compressed.pdf
(5) https://www.navegandolibres.org/
Crédito de imagen: Raphael Renter