En México, la violencia digital se suma al continuo de violencias que afectan al país. También se entrelaza con sistemas de opresión como el de género. De hecho, los impactos de la violencia digital en la vida de las mujeres y adolescentes —que inhibe su participación en la esfera pública— ya han sido documentados en México.
Además de las investigaciones académicas existentes, México es de los pocos países que cuenta con estadísticas públicas sobre este fenómeno. A partir de esto, nos preguntamos:, ¿Qué nos dicen los datos de la violencia digital en México? ¿Cómo afecta a las mujeres? ¿Y cuáles son las implicaciones de políticas públicas?
Desde 2015, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha levantado el Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) [1]. El MOCIBA tiene por objetivo “generar información estadística que permita conocer la prevalencia del ciberacoso entre las personas de 12 y más años de edad”. A pesar de que el término de ciberacoso es más limitado que el de violencia digital, [2] será el término utilizado en este texto. [3]
MOCIBA 2021: Principales hallazgos
Algunos de los hallazgos de los datos de MOCIBA 2021 fueron los siguientes:
- Las mujeres viven más ciberacoso.
- El ciberacoso afecta más a las personas jóvenes, en particular de entre 18 y 29 años.
- La agresión más frecuente es el ser contactado por cuentas falsas para molestar.
- Las dos agresiones que impactan más desproporcionadamente a las mujeres son el envío de fotos o videos sexuales y las insinuaciones sexuales que les molestaron.
- La mayoría de las personas que sufren ciberacoso fueron molestadas por personas desconocidas.
- En la mitad de los casos de acoso, los agresores son hombres y una gran parte de personas no conoce el sexo de la persona agresora.
Según los datos del MOCIBA 2021, las mujeres jóvenes fueron las más afectadas por el ciberacoso en México. De las mujeres mayores a once años, el 22.8% vivió alguna instancia de ciberacoso en el año previo al levantamiento de los datos, mientras que la incidencia fue de 20.6% para los hombres. La brecha se amplía cuando se consideran los distintos grupos de edad, como se muestra en la gráfica.
El ser contactada por una persona con nombre falso para ser molestada es la instancia de ciberacoso que más reportan tanto las mujeres como los hombres . El segundo tipo de ciberacoso más frecuente, también para ambos, fueron los mensajes ofensivos. Mientras tanto, las mujeres fueron desproporcionadamente afectadas por la recepción de fotos o videos sexuales que les molestaron e insinuaciones sexuales que les molestaron.
Aunque la brecha no es tan amplia, los hombres que reportaron ciberacoso fueron más afectados por provocaciones, llamadas ofensivas y la falsificación de identidad.
Los datos del MOCIBA 2021 también revelan particularidades de las personas que ejercen ciberacoso: la mayoría son desconocidas para las víctimas. Después de esta categoría, los agresores más frecuentes de las mujeres son personas conocidas de poco trato, personas conocidas solo de vista y amistades. Para los hombres, las amistades son los segundos agresores más frecuentes, seguidos de conocidos de poco trato y compañeros de trabajo.
El caso de la vulneración de imágenes íntimas
En México, el estudio y la legislación en torno a la violencia digital se ha centrado en tipificar como delito el compartir imágenes de contenido íntimo sexual sin el consentimiento de las personas que aparecen en ellas. Sin embargo, las autoridades no han ofrecido ninguna solución más allá de la cárcel. El MOCIBA ofrece anotaciones relevantes sobre la manera en la que se da este fenómeno, muchas de las cuales han estado ausentes de las discusiones públicas.
Primero, hay que destacar que se trata del tipo de ciberacoso (categorizado por el INEGI) que se reporta con menos frecuencia y que tiene la misma proporción para mujeres y hombres. Esto indica la inadecuada respuesta de los gobiernos que, por un lado, han ignorado otras manifestaciones de ciberacoso y, por otro, han construido una narrativa monolítica en la que las mujeres son victimizadas por sus exparejas. En este punto, es preciso destacar que el MOCIBA no recopila datos sobre la orientación sexual de las personas, lo que impide distinguir la afectación a grupos como mujeres lesbianas, hombres gay y personas trans o no binarias.
Segundo, los datos sobre la relación de las víctimas con los agresores revelan una realidad compleja. Para mujeres y hombres, los principales agresores son los hombres. A su vez, hay una proporción considerable de agresiones perpetradas por mujeres. En cuanto al parentesco con la persona agresora, lo más común es que sea alguien desconocido. Para las mujeres, la segunda categoría más frecuente son ex-parejas, mientras que para los hombres lo son los amigos. Como muestra la gráfica, la violencia digital también es perpetrada por familiares y compañeros de trabajo. Lo cual no ha sido reconocido en las intervenciones estatales.
¿Cuáles son las implicaciones de estos datos para las políticas públicas?
Los datos del MOCIBA 2021 constituyen evidencia indispensable para el diseño de estrategias y políticas públicas que prevengan la violencia digital. Estos permiten elaborar diagnósticos puntuales sobre quiénes son las personas afectas, quiénes las agresoras y qué agresiones son las más comunes.
El levantamiento sostenido de esta información a través del tiempo, también permitirá evaluar qué tan efectivas son las intervenciones de los gobiernos. De hecho, los datos ya permiten dudar de la efectividad de las pocas iniciativas que se han implementado. Como ilustra el caso de la difusión de contenido íntimo sin consentimiento de la persona, en México se privilegia la estrategia carcelaria por encima de todo. Estas medidas son ineficaces y no reconocen la complejidad del fenómeno, pues privilegian narrativas reduccionistas y tampoco atienden las causas del problema.
Para disminuir la incidencia de la violencia digital, las autoridades mexicanas deberán trascender el paradigma carcelario. Además, tendrán que utilizar la información provista por instrumentos como el MOCIBA para diseñar estrategias diferenciadas para las distintas agresiones que constituyen la violencia digital y las distintas poblaciones afectadas según su género, edad, orientación sexual, entre otras; pues sólo los análisis complejos darán soluciones a la altura de problemas complejos.
Notas al pie:
[1] El MOCIBA forma parte de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH).
[2] Distintas organizaciones civiles han señalado esta y otras limitaciones de los datos del MOCIBA, entre las que se incluye la concepción binaria del género de la metodología.
[3] El INEGI entiende por ciberacoso “una intromisión de naturaleza repetitiva en la vida íntima de una persona, sin otro objetivo que infligir maltratos y [humillaciones], utilizando para ello medios electrónicos, fundamentalmente, internet y teléfono celular”.
Referencias bibliográficas:
Animal MX. 2021. “¡Por fin! La violencia digital será un delito en todo México y se castigará con cárcel”. Animal.mx. 29 de agosto. Recuperado de https://animal.mx/animalmx/por-fin-la-violencia-digital-sera-un-delito-en-todo-mexico-y-se-castigara-con-carcel/
Citron, Danielle K. 2014. Hate crimes in cyberspace. Harvard University Press.
Contreras, Angie, et al. 2021. Chidas en línea: un estudio sobre el impacto de la violencia digital contra las adolescentes en México. Recuperado de https://chidasenlinea.org/sin-violencia/Mapeo%20de%20las%20violencias%20en%20M%C3%A9xico/
Contreras, Angie. 2022. Seis años del Módulo de Ciberacoso, ¿Qué ha pasado?, ¿cómo vamos? Recuperado de https://cultivandogeneroac.org/2022/07/21/seis-anos-del-modulo-de-ciberacoso-que-ha-pasado-como-vamos/
Gómez Balderas, Fernanda. Desnudos en línea: análisis crítico de la difusión de imágenes y videos sexuales privados sin consentimiento de la persona que aparece en ellos en el contexto mexicano. Tesis de la Licenciatura en Derecho del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Recuperado de http://repositorio-digital.cide.edu/handle/11651/1903
Hijas de Internet. 2022. Chismecito Ciberfeminista I ¿Qué dicen los datos del MOCIBA sobre la violencia digital? Evento transmitido en vivo a través de YouTube. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=OG-eZ59PGwM&list=PLMEcMqu0tDV-yXG5SQjKQaGuHEPsLZ5B7
INEGI. 2021. “Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) 2021”. Sitio web del INEGI. Recuperado de https://www.inegi.org.mx/programas/mociba/2021/
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (México) (INEGI). 2022. Módulo sobre Ciberacoso 2021: MOCIBA, diseño conceptual. Recuperado de https://www.inegi.org.mx/app/biblioteca/ficha.html?upc=889463907053
Luchadoras. 2017. La violencia en línea contra las mujeres en México: Informe para la Relatora sobre Violencia contra las Mujeres. Recuperado de https://luchadoras.mx/informe-onu/
Luchadoras. 2018. Violencia política a través de las tecnologías contra las mujeres en México. Recuperado de https://luchadoras.mx/informe-violencia-politica
Medina Rosales, Regina Isabel. 2021. Sexismo en código binario: violencia digital y política contra las mujeres en México. Tesis de la Licenciatura en Políticas Públicas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Recuperado de http://repositorio-digital.cide.edu/handle/11651/4757
Crédito de imagen: Kaitlyn Baker