En los últimos quince años las tecnologías digitales se han incorporado a las prácticas migratorias alrededor del mundo. Hoy en día, las historias de los migrantes muestran cómo las tecnologías digitales les han brindado beneficios amplios. Al mismo tiempo, han incrementado los potenciales riesgos de vulneración de sus derechos. Durante septiembre de 2022, Centro LATAM Digital realizó una serie de entrevistas a profundidad con migrantes en Tijuana, Baja California. Allí, se identificaron experiencias y vivencias que revelaron en qué medida el uso de las tecnologías atraviesa el viaje de los migrantes en tránsito. A continuación, se recuperan algunas de sus historias (1):
Coyotubers (2): tutoriales para cruzar el Suchiate
“Claro que conozco del tema, si también nací en los 90. Somos la primera generación que creció sabiendo ya de tecnología, ¿cierto?”.
Estamos en un salón amplio que se asemeja a la recepción de un consultorio médico. Si nos dejáramos llevar solo por el silencio de la sala, interrumpido con intermitencia por la voz de nuestro interlocutor, jamás podríamos adivinar que el edificio funciona como un albergue temporal para migrantes y refugiados en Tijuana, Baja California. La quietud se debe a que en ese momento, pasadas las 10 de la mañana, sus habitantes están descansando. Al fondo del edificio, una niña pequeña camina dando tumbos y se chupa el dedo mientras ve barrer a su madre —quien es, a su vez, residente y trabajadora de limpieza del lugar—.
Sentado en su escritorio junto a un ventanal amplio, Rolando nos observa. Hondureño, 35 años, la piel curtida por el sol, barba negra y tupida. Tiene apenas unos meses en la ciudad, pero su experiencia como auxiliar administrativo del albergue permite que nos detalle con erudición aspectos de la cuestión migratoria en Tijuana. Su tono de voz expresa al mismo tiempo desconfianza y franqueza. Él también es migrante, salió huyendo de su país porque se sentía amenazado por el gobierno de Juan Orlando Hernández. Nos cuenta la manera en la que se valió de las tecnologías digitales para organizar su trayecto:
“Vi unos tutoriales que encontré en Facebook y YouTube, ahí te explican cómo hacer el cruce del Suchiate. Ahí mismo uno puede contactar a los coyotes”.
Cuando le preguntamos qué tan confiable le pareció la información, dice que tuvo que fijarse en varios videos, que vio los comentarios y la cantidad de “me gusta” para definir cuáles eran fidedignos y cuáles no. Rolando nos dice que, con ayuda de estas herramientas, consiguió atravesar la frontera mexicana del sur y contactar a un coyote. Los hechos iban transcurriendo de acuerdo al plan: había logrado completar la ruta entre San Pedro Sula y Ciudad de Guatemala; ahora, ya en territorio mexicano, estaba en un camión con destino hacia Tijuana.
Pero, sobre la carretera, apenas unas horas después de abordar desde Tapachula, los sucesos se desvirtuaron. El autobús tuvo que hacer una parada obligada y Rolando, según recuerda, intuyó lo que estaba a punto de ocurrir: las puertas del automotor abrieron y dos hombres armados y uniformados subieron a bordo, se trataba de un retén migratorio de la Guardia Nacional. Le preguntamos si hay advertencias sobre este tipo de eventualidades en internet, nos dice que sí. Con un aire de frustración, de quien piensa que pudo haber tomado una mejor decisión, asegura que cometió errores de cálculo: debió consultar mapas y noticias, donde sabe que abunda información actualizada sobre la localización de los puntos de revisión de migrantes que establecen las fuerzas de seguridad mexicanas. Rolando no era ajeno a este tipo de herramientas durante su ruta hacia el exilio, solo que ese día, obnubilado por el entusiasmo de entrar a territorio mexicano de manera “sencilla”, olvidó revisar sus fuentes de consulta habituales. La euforia en medio de la odisea devino en descuido, una distracción costosa: sin papeles de respaldo, Rolando fue capturado y encarcelado durante un mes y medio en Tapachula, mientras se resolvía su situación migratoria.
En la siguiente entrega, un hombre del suroeste mexicano, prófugo de la violencia en la región, percibe su privacidad en línea como un hito entre la vida y la muerte.
Notas al pie:
1) Por seguridad, los nombres de las personas entrevistadas son ficticios.
2) Los coyotes son aquellas personas quienes se dedican a cruzar ilegalmente a las personas migrantes que se dirigen a Estados Unidos. Propongo el término coyotuber para designar a aquellas personas que se dedican al coyotaje y se valen de la creación de contenido en redes sociales para perpetuar sus actividades.