América Latina ha sido un campo fértil para la incorporación de las tecnologías en la educación. En las últimas décadas se han implementado numerosas políticas, programas e iniciativas con diversos enfoques y propósitos; no obstante, sus resultados han sido heterogéneos, dispersos y desiguales en cuanto a acceso uso y apropiación de las tecnologías para mejorar los aprendizajes. En este sentido, la transformación digital de los sistemas educativos sigue resultando una deuda pendiente.
Este escenario de profundas brechas digitales ha sido visibilizado de manera descarnada tras la irrupción de la Pandemia de la COVID-19. Las desigualdades existentes se amplificaron en todas las esferas de la sociedad. Los datos de CEPAL (2021) dan cuenta de la crisis del mercado laboral en la región y de su mayor impacto entre los más vulnerables y marginados: jóvenes, trabajadores informales y mujeres. La pobreza infantil afecta al 51,3% de esta población, que refiere a más de 91 millones de niñas, niños y adolescentes de América Latina (CEPAL-UNICEF, 2020) y más de 3,1 millones de jóvenes, niñas y niños podrían quedar excluidos de la educación (UNICEF, 2020).
En este contexto, se evidenció la insoslayable necesidad de los países de acelerar y profundizar los procesos de incorporación de tecnologías digitales de cara a las complejas y veloces transformaciones que la misma tecnología depara. Los sistemas educativos, y de manera particular la formación técnico profesional (EFTP) constituyen ámbitos de intervención cruciales y estratégicos para mitigar los efectos de la Pandemia en tanto recuperación de América Latina tras la crisis pandémica.
Concebir la educación como un derecho humano fundamental y habilitador de otros derechos implica revisar el sentido de la integración de las tecnologías digitales en los sistemas educativos para garantizar el derecho integral a la educación y poner en relieve la necesidad de priorizar la democratización del acceso a las Tecnologías por parte de amplios sectores de la población escolar.
Considero que las políticas digitales en educación tienen la oportunidad de dar respuesta al menos a tres grandes desafíos actuales:
- Democratizar el acceso, uso y apropiación de las tecnologías digitales entendidas como bienes públicos. Las brechas relevadas dan cuenta de las diferencias de capital cultural existente entre sectores sociales, entre contextos urbanos y rurales, y de género. Esto implica la atención a dos aspectos esenciales que constituyen nudos críticos no resueltos en prácticamente todos los países de América Latina: el acceso universal a la conectividad y a la infraestructura digital.
- Transformar los procesos de enseñanza y de aprendizajes a partir del aprovechamiento de las tecnologías digitales para consolidar una oferta académica más relevante y conectada con lo contemporáneo. No alcanza con las tecnologías solamente. La brecha de expectativas entre lo que los estudiantes necesitan y lo que la propuesta educativa les ofrece es una cuestión a atender juntamente con las brechas digitales.
- Brindar una formación relevante y pertinente a los/as estudiantes para el ejercicio de una ciudadanía digital, la empleabilidad y el trabajo digno. Es indispensable favorecer el acceso al conocimiento y la adquisición de competencias claves para el desarrollo profesional y afectivo, para una ciudadanía crítica y para adquirir habilidades cognitivas acordes con los retos del siglo XXI. Este punto requiere de una profunda comprensión de las necesidades actuales y futuras del mundo del trabajo de cara a los procesos de trasnformación digital. En este sentido, el rezago actual en la digitalización de la fuerza de trabajo y en la capacitación digital de los trabajadores representa una limitación para la transición de América Latina hacia la Cuarta Revolución Industrial (Katz, Jung y Callorda, 2020).
En virtud de este escenario, se presentan cuatro aspectos a atender para diseñar e implementar políticas de inclusión digital en educación con una mirada integral, sostenible y con alto impacto en los territorios.
Fortalecer la gobernanza: de las áreas de administración a la Agencia de innovación
Asegurar la direccionalidad político-estratégica y técnico-pedagógica de la inclusión digital en la educación implica revisar las líneas estratégicas de la política educativa partiendo de la identificación de problemas críticos con mirada territorial. La existencia de una Agencia de Innovación que direccione las políticas digitales en educación fortalece el liderazgo y articula la participación inter y multisectorial necesaria para llevar adelante las decisiones. Pongo especial énfasis en la participación del sector socio productivo y el sistema científico tecnológico del país de cara a los requerimientos de capacidad humana e institucional en la industria 4.0. Garantizar el financiamiento y revisar las normativas existentes son claves para fortalecer y expandir las tecnologías para la educación.
El modelo pedagógico: de incluir contenidos TIC a transformar las prácticas educativas.
Promover prácticas educativas innovadoras implica no solo sumar nuevos contenidos a los ya existentes sino repensar qué enseñar, para qué hacerlo y cómo llevarlo a cabo en este nuevo escenario. La Pandemia mostró formatos escolares estallados por la ausencia de presencialidad y la necesidad de sostener las trayectorias escolares interrumpidas o intermitentes. Esto implica una revisión profunda de los modelos pedagógicos y de los saberes necesarios a aprender. Esto comprende la actualización de los diseños curriculares con saberes vinculados a las Ciencias de la Computación como así también transformar los formatos escolares con propuestas más modulares, creativas y flexibles. Es necesario que los países desafíen los formatos más tradiciones de enseñanza para promover la innovación y la experimentación con tecnologías imaginando modelos híbridos que articulen espacios presenciales con instancias virtuales.
Habilidades docentes: de enseñar contenidos a promover nuevos aprendizajes digitales
Existe consenso en afirmar que los docentes son el factor clave para los procesos de cambio e innovación pedagógica. No es una excepción en el caso de la transformación digital donde se vuelve prioritario diseñar y sostener procesos formativos tanto en lo relativo a los conocimientos digitales y pedagógicos necesarios como en la transformación de la oferta de formación inicial y continua. El esfuerzo no está en capacitar a los docentes en el uso instrumental de herramientas digitales sino en los enfoques pedagógicos a partir de los que las herramientas tecnológicas permiten desplegar prácticas educativas innovadoras. Para ello es importante potenciar estrategias de formación docente situadas en los centros escolares, comunidades de práctica y redes docentes para la experimentación y difusión de buenas prácticas. Resulta estratégico potenciar el liderazgo de los equipos directivos y la asistencia de los niveles intermedios ( referentes, inspectores, técnicos) para consolidar iniciativas experimentales que puedan ser escaladas a todo el sistema.
Los Sistemas de información: de los datos para el control a la información para la mejora
La construcción de sistemas de información representa un aspecto irrenunciable para el fortalecimiento de los sistemas educativos y de las políticas digitales. Este aspecto supone una perspectiva estratégica sobre la producción y uso de la información para la toma de decisiones, entre las que se incluye el seguimiento de las trayectorias escolares, las estrategias de promoción del aprendizaje en línea y los sistemas de alerta temprana de abandono, entre otros factores.
En síntesis…
Son varias las intervenciones que se despliegan para el diseño de la transformación digital de la educación. Señalo algunas de ellas:
- Una conducción de la política con liderazgo y dirección clara
- Una política integral, multisectorial y articulada con las necesidades de los estudiantes y el desarrollo socio-productivo de los territorios.
- Conectividad a la escuela y dentro de la escuela
- Conectividad y dispositivos tecnológicos en los hogares más vulnerables
- Dispositivos y soluciones tecnológicas para estudiantes y docentes
- Modelos pedagógicos innovadores para el aprendizaje de saberes digitales y socioemocionales
- Promover la experimentación e innovación en los centros escolares
- Formar a los docentes para que enseñen saberes digitales, los enseñen mejor pero también de una manera diferente
- Garantizar el financiamiento para universalizar el acceso, uso y apropiación de las tecnologías
Crédito imagen de portada: Jason Goodman
Referencias
CEPAL (2021) La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad. Informe Especial COVID-19. No 11. Recuperado de https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/47043/5/S2100379_es.pdf
CEPAL-UNICEF (2020) Protección social para familias con niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe Un imperativo frente a los impactos del COVID-19. Informe Especial COVID-19. Recuperado de https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/46489/S2000745_es.pdf
Katz, R.; Jung, J.; Callorda, F. (2020) El estado de la digitalización de América Latina frente a la pandemia del COVID-19 Observatorio CAF del Ecosistema Digital. Recuperado de https://bit.ly/3FgvGd2
Lugo, M.T & Loiácono, F. (2020). Planificar la educación en la postpandemia: de la educación remota de emergencia a los modelos híbridos. Educación Y Tecnología, 3(1). Recuperado a partir de https://publicaciones.flacso.edu.uy/index.php/edutic/article/view/2
UNICEF (2020) EDUCACIÓN EN PAUSA: Una generación de niños y niñas en América Latina y el Caribe está perdiendo la escolarización debido al COVID-19. Recuperado de https://www.unicef.org/lac/media/18251/file/Educacion-en-pausa-web-1107.pdf